Las cosas hoy en día
Internet actualmente está dominado por unos pocos actores con muchísimo poder que hacen que todo funcione a través de ellos. En ese lugar tenemos a Google, Facebook, Microsoft, Amazon y otras compañías superpoderosas que desarrollan servicios que funcionan exclusivamente con los productos que ellos quieren para tener más poder y debilitar a la competencia.
La web 2.0 hizo que nos comunicáramos y compartiéramos cosas a partir de servidores centralizados propiedad de empresas que se volvieron millonarias con la idea. Incluso nació la expresión de «jardín cercado» para hablar de una cárcel que no lo parecía porque todo era muy bonito, pero de donde no podíamos salir porque no había nada más… o eso nos dijeron.
Eso provocó desde cosas tan perversas como minar datos para manipular una elección presidencial, hasta otras más inocuas (relativamente) como que las redes sociales comerciales deciden qué mostrarnos y con qué frecuencia basados en qué tanto dinero paga quien genera ese tipo de contenido; o que cada paso que demos, cada lugar que visitemos y cada uso que hagamos de nuestro celular, sea documentado para vender esos datos y obtener publicidad dirigida.
A raíz de estos problemas, y de la revolución que ha empezado hace unos años (básicamente desde 2013), varios héroes o heroínas sin capa se pusieron las pilas y poco a poco han desarrollado software desde una perspectiva libre, descentralizada y federada que nos permita pensar internet como algo sin fronteras ni límites (como se pensó en sus inicios), en vez de algo con caminos delimitados por ciertos agentes comerciales que nos llevan por donde más les conviene.
Redes descentralizadas
Pero ¿cómo funciona una red descentralizada? Sin clavarnos mucho en aspectos técnicos, la idea central es que la información esté distribuida en vez de un solo servidor (o una sola compañía) y protegida por varias tecnologías de cifrado que evitan que la información se duplique o falsifique (sobre todo gracias a blockchain).
Actualmente hay muchos proyectos que funcionan bajo esta idea de un internet que está en todos lados y ninguno y que ofrecen varios servicios. Los más importantes (escríbanme si encuentran otro) son ZeroNet, Blockstack e IPFS, tres proyectos que han desarrollado un modo de vivir independiente del clásico http
.
Sin ir al extremo de «otro internet», también tenemos proyectos de todo tipo que funcionan como cualquier otro (vía http
), pero que tienen software libre que cualquiera puede ver, modificar e instalar en cualquier servidor. Este tipo de software necesita comunicarse entre sí sin importar en donde esté alojado, por lo que necesita de la federación para funcionar adecuadamente.
Redes federadas
Por federativo se entiende una red (o software) con poder de interconectarse con otras instancias e incluso protocolos. Esto permite que ciertas redes puedan funcionar de manera descentralizada, con varios nodos operados por diferentes personas y que «hablan» entre sí y que permiten la comunicación entre instancias.
La idea detrás de esto no es limitarse a tener una red con varias instancias o nodos de cada una, sino que varias redes con diferentes propósitos (Facebook, Twitter, Snapchat) también tengan interacción entre sí y sean compatibles una con la otra, algo que el trasfondo comercial competitivo actual hace imposible.
De esa idea nació el término de fediverso, que pretende agrupar varias redes que sean compatibles entre sí independientemente de su uso o finalidad, algo sumamente útil y práctico para las redes sociales.
Redes sociales
Por supuesto, esto no es la panacea ni está exenta de problemas. Tal vez el más evidente es que tus amigas o familiares (en general) no estarán en dichas redes por desconocimiento o por comodidad con las redes que ya conocen. Esto podría ser una desventaja grande, aunque por otro lado, también podría ser una ventaja por romper la burbuja filtro que limita nuestro círculo social; o en cristiano: te hace conocer nuevas personas con intereses afines.
Otro gran problema de las redes federadas y descentralizadas es que no hay censura. De hecho, Mastodon ganó popularidad en Japón porque cierto tipo de arte animado es considerado ofensivo en Twitter, mientras que en una red libre y descentralizada el contenido pasa sin pena ni gloria (aunque cada instancia normalmente tiene reglas propias que dan más o menos libertades).
Claro, lo que publican ciertos usuarios no tiene porque llegarte a ti. De hecho, en una red libre que no tiene «sugerencias» (por no decir contenido promocionado), la responsabilidad de armar una red que te guste, inspire y entretenga es totalmente responsabilidad tuya; aunque seguramente algunos usuarios sentirán esto como una molestia.
Pensamientos finales
Las redes federadas y descentralizadas son un esfuerzo por romper el jardín cercado, por proponer alternativas que no dependan de las grandes compañías para comunicarse y que eviten la vigilancia masiva e indiscriminada de los gobiernos. No generan posturas de poder absolutas porque ninguna persona es la dueña de ninguna estructura ni ningún contenido; si una instancia desaparece, siempre habrá otra que tome su lugar.
Esta libertad y soltura han hecho que algunos servicios «triunfen»[^1] donde otros no han podido. Hace años que han salido a la luz proyectos interesantes que proponen alternativas a Google, Facebook, Twitter, Snapchat, etc., pero que se han quedado en el camino o languidecen miserablemente porque son comercialmente inviables y recaen sobre una persona o un grupo pequeño que no puede mantener el ritmo de trabajo sin recibir un pago a cambio. Ejemplos de esto son Peach, Ello, Path y otras redes sociales muy interesantes, bonitas, pero que replican el mismo sistema centralizado y comercial que las redes tradicionales, por lo que en realidad no proponen ningún cambio sustancial, sino que solo quieren un pedazo del pastel.
Por el contrario, muchas redes sociales libres tampoco generan recursos a quienes las desarrollan, pero nunca falta el guapo que se suma al proyecto o que dona dinero que sirve para mantener el servidor o para ayudar a quien hace trabajo detrás de cada red social. Las redes sociales libres fomentan la colaboración, no la competencia.
Y con esto no quiero decir que las redes comerciales sean una pérdida de tiempo o que deban desaparecer (todavía). Para bien y para mal, muchos grupos y negocios dependen de Facebook para hacer llegar su contenido a más gente; muchas personas o colectivos necesitan el alcance de Twitter para ser leídos; muchas fotógrafas no podrían mantener su carrera sin la interacción que da Instagram; etc. Pero esto tampoco quiere decir que la vía comercial que recolecta nuestros datos para venderlos y mostrarnos publicidad todo el tiempo sea la única posibilidad.
Alternativas interesantes
Y bueno, por último te dejo una lista con redes sociales libres (que se irá actualizando conforme encuentre más servicios) que son alternativa a las redes comerciales para que veas y pruebes las que más te guste.
Alternativa de Facebook
Alternativa de Twitter
Alternativas de Instagram
Alternativa de YouTube
Alternativa a SoundCloud
Estas redes son mantenidas por voluntarios que creen que vale la pena tener redes sociales libres, abiertas y descentralizadas, por lo que si te es posible, dona o colabora de alguna manera para tener una red de redes más libre y útil para todxs.
[^1]: El éxito es un concepto complejo y muy relativo. En este caso me refiero a que han logrado lo que pretendían: crear un espacio abierto, descentralizado y amigable, no a un éxito comercial ni económico.